"Proporcionadle una satisfacción económica tal que no tenga otra cosa sino dormir y comer bollos... Colmadlo de todos los bienes de la tierra y sumergidlo en la felicidad...", escribió Dostoievski en "Apuntes del subsuelo".
He leído que en España el consumo en el reciente Black Friday fue igual que en los días de Navidad del año pasado. Nos hemos acostumbrado a que la Navidad empieza en noviembre y termina en enero. Y a que la Navidad consiste -más que nada- en comprar y comprar.
Bueno, a fin de cuentas, ya estamos acostumbrados a que el año entero es una sucesión de campañas comerciales. Va para una década que Lipovetsky, dando una vuelta de tuerca a la expresión "sociedad de consumo" que Baudrillard acuñara hace casi medio siglo, dijera que vivimos en la "sociedad del hiperconsumo".
Entre el simple "consumo" de Baudrillard y el esdrújulo "hiperconsumo" de Lipovetsky media Internet.En Navidad, para comprar, antes había que echarse a la calle y dejarse llevar de la vistosidad navideña de los escaparates y de los alumbrados callejeros. Ahora, en cambio, no hay que salir de casa:
Basta asomarse a la Red y dejarse tentar por ese "hombrecillo" que está escondido al otro lado de la Pantalla, muy atento a lo que se hace en Ella, en especial a lo que uno mira y no compra. Y esto con el fin de que, recordándonoslo incansablemente lo acabemos comprando:
¿Acaso no te ha pasado nunca que has mirado un libro, que no le llegaste a dar al clic de comprar, que lo pasaste a la lista de deseos o no, y que desde entonces su anuncio, y el de otros del mismo estilo, asalta tu Pantalla cuando menos esperas?
Ese infatigable "hombrecillo" -que tiene el mismo lema que Cela: "El que resiste, ¡vence!"- se llama Big Data y es nuestro propio rastro digital algorítmicamente empleado en contra de nuestra voluntad. Martin Lindstrom, experto en branding y neuromarketing, lo explica clarito en este vídeo: http://one.elpais.com/black-friday-big-data-tras-consumo/
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