Prefieren creer a juzgar

Como todos prefieren creer a juzgar, nunca se juzga acerca de la vida, siempre se cree, y nos perturba y pierde el error que pasa de mano en mano. Perecemos por el ejemplo de los demás; nos salvaremos si nos separamos de la masa (Séneca, Sobre la felicidad)


jueves, 8 de diciembre de 2016

Sócrates y Nietzsche, Wittgenstein y Foucault, Ockham y Kant, Platón y Sartre... Aún en nuestras aulas.

La filosofía -sí, eso es, la filosofía- no va al compás del mundo, sino a contrapelo éste. El bien que ella propone —en último término, la capacidad de someter a la realidad a una impugnación radical—, lejos de ser el más extendido de los bienes, constituye más bien una rareza. Impugnar -por si acaso- significa rechazar la validez de una idea o afirmación mediante razones y argumentos.
 
 
En la Sociedad del Conocimiento priman las STEMs: acrónimo inglés de science, technology, engineering y mathematics. Sin duda, las ciencias del presente a las que todos más futuro les vaticinamos . Son éstas las ciencias que alumbrarán esa ingente cantidad de nuevas profesiones en las que mañana trabajarán los niños que están sentados hoy en las aulas de los colegios.
 
Sin embargo, la filosofía, pese al general desinterés que actualmente padece, se me antoja imprescindible en un tiempo que es (y será) pura innovación. Porque la innovación -igual que en los Siglos XVIII y XIX el progreso- en sí no es buena ni mala, ni humanizadora ni deshumanizadora.
 
La velocidad es importante; pero más, el destino del trayecto. En un tiempo que es pura innovación también habrá que inventarse un sentido nuevo. Y el sentido no es el mero acúmulo de información, sino una estimación. Esa que dicta que la Vida -pese a todo- merece la pena.
 
Este "pese a todo" es muy importante, porque el sentido no nace de la desinformación, sino de la Voluntad: no tanto de la Voluntad de "Poder" o de "Conocer" cuanto de la Voluntad de Amar.

Aunque herida -como Jacob- en el talón, la de Amar es la única Voluntad que, ante el Real Imposible de la Vida, nunca mansea. Ora se apoya en el nietzscheano bastón del Poder. Ora en el socrático del Conocer. Ora en el blochiano del Esperar. Amar es creer. Creer es crear. Crear es...

Sócrates y Nietzsche, Wittgenstein y Foucault, Ockham y Kant, Platón y Sartre... Sin Otros como Ellos habrá innovación, pero no sé si sentido. Ellos -ahora- son niños y se sientan en los pupitres de nuestras aulas. Nuestra responsabilidad -contra corriente- es su alumbramiento.

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