La Educación y las "carambolas demagógicas": Después de un día como el de hoy en España (y 1)

¿Por qué tiene uno la sensación de que los políticos -de veras- no tienen intención de que la educación funcione bien?

¿Por qué en cuarenta años de democracia española no se ha querido que la Educación (y la Justicia) funcione tan estupendamente como Hacienda?

¿Acaso se imaginarán los políticos una sociedad a la que se le dice "ven" y... resulta que no va

¿Acaso imaginarán ellos una sociedad en la que sus individuos llegaran a tener sentido crítico y a ser difícilmente manipulables por eslóganes fáciles y mentirosos?

¿A qué político le puede interesar una sociedad así, es decir, libre de verdad? A día de hoy no pienso que los políticos quieran crear una sociedad mejor, sino buenos "pesebres" que les garanticen el futuro.

Pero hoy las demagogias ya apenas se pueden enseñar en las "analógicas" escuelas; han tomado vida propia en las redes sociales; se les han escapado de las manos y se han hecho "digitales". 

En la actualidad ningún partido político bien asesorado montaría una red de escuelas para poner en practica ningún proyecto de ingeniería social. 

Estas escuelas son, entre otras cosas, restos arqueológicos de la maquinaria ideológica y propagandística de tiempos de no hace mucho tiempo. 

Ningún proyecto independentista que empezara hoy en su indipendentista empeño se jugaría su futuro éxito al lento fermentar de sus ideas en las escuelas, como atinadamente sí hicieron hace cuarenta años los que hoy en España juegan a hacer carambolas independentistas con gentes que fueron intelectualmente desarmadas mientras estuvieron en las aulas. 

En cambio, hoy en las escuelas, mejor que adoctrinar en ninguna doctrina, lo que sí se puede todavía es enseñar INTELIGENCIA, aunque no sea fácil; al contrario, es una tarea épica, contracorriente, heroica. Son otros los "foros" a los que los alumnos más atención prestan.  

Es tiempo de crear nuevas élites: éticamente comprometidas con que la sociedad deje de ser una "mesa de billar" en la que las demagogias (viajando en el boca a boca digital) sigan haciendo sus carambolas.